El Pendón Real de la ciudad de Almuñécar. Recuperación de un símbolo municipal perdido
José Ángel Ruiz Morales
En el reino de Castilla existía la antigua costumbre de “levantar el Pendón” cuando se proclamaba un nuevo monarca, ésto se hacía para indicar que el municipio aceptaba su poder real. Para ello existía en cada localidad un pendón real de color carmesí, que llevaba las armas reales en una cara y las del municipio en la otra. Estos pendones eran concesiones reales que se otorgaban como recompensa a los municipios por prestar algún servicio relevante a la corona, o bien por haber realizado alguna gesta colectiva.
Después de la conquista castellana, Almuñécar sufrió constantes ataques corsarios, sobre todo
en los meses de marzo a septiembre cuando el tiempo permitía la navegación sin peligro. Va a ser en este escenario de ataques cuando tenga lugar el hecho por el que se concede a la ciudad de Almuñécar su escudo y, con él, su Pendón Real.
En el año 1526, según relata el texto de la Cédula otorgada por el Emperador Carlos V publicada por Federico Molina Fajardo y Rafael María Girón Pascual, una fusta con 22 corsarios llegó hasta la Puerta del Mar de Almuñécar intentando robar una barca, pero fueron vencidos por los soldados y vecinos de la ciudad que salieron en su busca.
A raíz de estos hechos, y para que quedara “perpetua memoria” de ellos, a Almuñécar se le concedió el escudo de la ciudad, que ya había sido prometido por los Reyes Católicos pero que nunca llegaron a dárselo. En dicho escudo se representaba una fusta, con las cabezas de los 22 corsarios alrededor para que, según dice la propia Cédula Real, “puedan ponerlo en el pendón y en el sello de la dicha ciudad o en otras partes en las que quieran ponerlo”. Por lo tanto, no sólo se concede a la ciudad un escudo, sino también un Pendón Real.
Estos pendones reales eran ondeados en determinados acontecimientos relacionados con la corona o la historia de la ciudad, como eran las conmemoraciones por la coronación de un nuevo rey o reina; en la conmemoración de la “toma” de las ciudades por las tropas reales, o acompañando a las procesiones el día de la Patrona o Patrón de la ciudad.
Tenemos noticias de que el Pendón Real de Almuñécar desapareció por primera vez en el año 1558, así el lunes 28 de marzo, según transcripción de María del Carmen Calero Palacios sobre las actas capitulares del Cabildo de Almuñécar, el concejo de la ciudad solicitó: “Pedir cartas de excomunión por el pendón que se perdió”.
Por lo tanto, la ciudad tuvo que encargar un nuevo pendón y veinte años más tarde, con motivo de la preparación de las fiestas de la Virgen de Agosto, en esas mismas actas capitulares se dice que: “ese día se celebrará misa y procesión en la que se llevará la bandera de la ciudad por el regidor más antiguo, acompañado de la justicia y regimiento y las personas principales de la ciudad”. Esta bandera era el pendón de la ciudad que se sacaba en los momentos principales, en este caso la procesión de la patrona, como hemos visto anteriormente.
El Pendón Real de la ciudad sabemos que estaba en la Casa Consistorial de Almuñécar trescientos años después, en el año 1833, puesto que, con fecha de 13 de octubre, se dictó un “Real decreto mandando a los Reinos proclamar y levantar pendones a nombre de la señora Reina Doña Isabel II”, con motivo de su coronación. En Almuñécar esta celebración se realizó dos meses después, el 14 de diciembre de 1833, como se recoge en la noticia aparecida en la Gaceta de Madrid del 11 de enero de 1834 que señalamos a continuación:
“Almuñécar 14 de Diciembre.
Habiendo este ayuntamiento acordado celebrar la proclamación de S.M. la Reina el 17 de Noviembre último, se esmeró todo el vecindario en adornar e iluminar los balcones y fachadas de sus casas en demostración del placer que les causaba tan plausible acontecimiento. El regidor decano D. Francisco Javier Márquez tremoló el Real pendón por Doña Isabel II de Castilla, respondiendo el pueblo con inmensos vivas a S.M. y a su augusta Madre. Durante el acto se distribuyeron monedas de plata a los concursantes, y el ayuntamiento dio una comida a los menesterosos y pobres de la cárcel.”
Como podemos leer no sólo se tremoló el Pendón Real de Almuñécar en honor de la nueva reina, sino que también el ayuntamiento de Almuñécar mandó imprimir monedas de plata conmemorativas del evento, como solía ser habitual en algunas ciudades. Algunas de estas monedas conmemorativas fueron publicadas en 1841 en el libro de D. Juan Bautista Barthe, titulado: ”Medallas de la proclamación de S.M. la reina Isabel II”, aunque en él no aparece recogida la que realizó el ayuntamiento de Almuñécar.
Sabemos, por tanto, que el Pendón Real de Almuñécar aún estaba casi a mediados del siglo XIX en el ayuntamiento. Sin embargo, a día de hoy, nada sabemos de su paradero ni de por qué el ayuntamiento de Almuñécar no procedió a confeccionar una reproducción del mismo, como era costumbre cuando éste desaparecía o se deterioraba.
Los pendones reales, como hemos visto, solían ser de color carmesí y llevaban por un lado el escudo de la ciudad y por el otro las armas reales, que en nuestro caso, podría parecerse a la reproducción hipotética con que hemos ilustrado este artículo.
Comentarios
El Pendón Real de la ciudad de Almuñécar. Recuperación de un símbolo municipal perdido — No hay comentarios
HTML tags allowed in your comment: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>