Las banderas que España capturó en Vietnam
Hace una veintena de años, Luis Sorando Muzas, especialista en la Guerra de la Independencia, quiso ver unas banderas que figuraban en el inventario del Museo del Ejército en Madrid. La respuesta le sorprendió: «Me dijeron que las tenían pero estaban sin catalogar. Así que me ofrecí a hacerlo yo; les gustó mi trabajo y al final he acabado catalogando todas». No era una tarea fácil. Entre las lagunas que suele haber en este tipo de centros y un incendio que años atrás había acabado con las fichas catalográficas de las piezas, existía un importante número de enseñas y estandartes de los que no se sabía nada y había que acreditar su trayectoria desde cero. A ello ha dedicado buena parte de sus esfuerzos investigadores, y ahora acaba de ver la luz impresa el segundo tomo del catálogo, dedicado a los cuerpos de Artillería e Ingenieros, a las guerras carlistas y a los trofeos de guerra.
«Ha sido un trabajo muy complicado –subraya Luis Sorando–. Y es que muchos regimientos han cambiado varias veces de bandera, por lo que seguir la trayectoria de cada una de ellas y fijar los años en que ha estado en uso puede resultar casi una tarea imposible. El Museo del Ejército posee unas 2.000 banderas y he conseguido identificar completamente el 99% de ellas. Las lagunas las he reducido al 1% de la colección, y confío en acortarlas aún más en los próximos años».
Lo suyo no es un catálogo al uso en el que se detallen los materiales y el diseño de cada pieza; ni siquiera es un catálogo ‘militar’, en el sentido de que se descifre el recorrido de cada una por las distintas unidades. Es un texto vivo.
«Hoy las banderas han perdido algo de simbolismo –señala Sorando–. Pero décadas atrás tenían una significación especial. Eran símbolos por los que se llegaba a morir en su defensa, había una pequeña mitología a su alrededor. Representaban algo que hoy parece olvidado. Yo las veo como algo vivo y por eso me he esforzado no solo en describirlas e identificarlas, sino también en contar la pequeña y gran historia que hay detrás de cada una».
Estos pasajes son los más jugosos del libro. En sus páginas, por ejemplo, el lector descubre (o redescubre) que entre 1858 y 1863 España y Francia emprendieron una serie de campañas conjuntas contra el emperador de Annam, actual Vietnam, que reportarían grandes beneficios para los franceses (y ninguna ventaja para los españoles). Pero España combatió en Vietnam, y eso explica el conjunto de banderas annamitas que se guarda en el centro.
Sorprendente es la historia del Pendón del Katipunan, sociedad secreta filipina, con una calavera y unas tibias cruzadas, que fue tomado por un teniente de Cazadores, enviado luego a Barcelona, pasó por una colección suiza y, tras reclamación judicial, llegó en 1939 al Museo Histórico Militar.
Las banderas procedentes de Asia son las más exóticas, también en su historia (España batalló contra piratas malayos o contra soldados a lomos de elefantes). El libro de Luis Sorando está lleno de datos curiosos. Un ejemplo: algunas de las banderas tomadas en Cuba lo fueron por el general Ena, aragonés enterrado en el Pilar. Otro: la bandera de Artillería más premiada tiene mucho que ver con Aragón. Nació como estandarte del Primer Escuadrón de Artillería a Caballo del Tercer Departamento (Sevilla), y la entregó personalmente la reina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. El 5 de marzo de 1836 pertenecía a la Brigada Montada del Tercer Departamento, que colaboró con la Milicia Nacional para rechazar a los carlistas en Zaragoza, en la Cincomarzada, y por ello recibió la primera de las tres corbatas de San Fernando que posee. La unidad cambió de nombre varias veces pero acabó siendo destinada a Zaragoza, donde lució ese estandarte entre 1859 y 1931, cuando fue sustituido por otro con la bandera tricolor. «Otra pieza con una historia curiosa detrás es la primera bandera de Puerto Rico –relata Luis Sorando–. Iba a ser utilizada en el primer levantamiento contra España y la tenían enterrada a la espera de que llegara el momento de alzarse. Pero nunca llegó a ondear porque fue incautada antes».
El libro ‘Banderas y estandartes del Museo del Ejército (1843-1931). Artillería, ingenieros, carlistas y trofeos’ es la segunda entrega del catálogo razonado de banderas del Museo del ejército. En próximos años llegarán sendos volúmenes dedicados a los ejércitos de ultramar (Cuba, Filipinas y Puerto Rico); la Infantería peninsular; Caballería, Intendencia, Sanidad; Guerra Civil española; y periodo 1939-2000. La obra (12 euros) puede adquirirse a través del servicio de publicaciones del Ministerio de Defensa: https://www.defensa.gob.es/defensa_yo/publicaciones/
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