Qué es la Cruz de Borgoña que Iglesias ha mandado buscar en Google a Rivera
GLORIA RODRÍGUEZ-PINA
Pablo Iglesias, en su intervención en el debate de Investidura de Mariano Rajoy para la Presidencia del Gobierno, ha proclamado el fin del periodo iniciado con la Transición, del que, dice, solo hay dos supervivientes. «Ironías de la historia», ha dicho, «a día de hoy las dos instituciones tradicionales a prueba de crisis son la Monarquía y el Partido Nacionalista Vasco, bien unidos por la Cruz de Borgoña».
«Se sonríe el señor Aitor Esteban que sabe lo que significó la Cruz de Borgoña para los viejos gudaris vizcaínos. El señor Rivera a lo mejor lo busca en Google», ha dicho el secretario general de Podemos. Seguramente no solo al líder de Ciudadanos -que ha exclamado «¡Qué capullo! ¡Vaya gilipollas!»- le ha pillado por sorpresa la referencia. Para que no tengas que buscarlo en Internet, te contamos qué es esta cruz y cuál es su relación con la Monarquía y el PNV.
Qué es y de dónde viene la Cruz
La Cruz de Borgoña se incorpora a las banderas españolas de la mano de Felipe el Hermoso, de la Casa de Austria y Borgoña, que se casó con Juana I de Castilla (Juana la Loca), hija de los Reyes Católicos. El aspa, que tiene la forma de la Cruz de San Andrés (patrón de los borgoñones), representa unos troncos con los nudos de las ramas. Con Carlos I de España y V de Alemania, hijo de ambos, el emblema se convierte en el símbolo del imperio que era España por aquel entonces.
Cuál es su unión con la Monarquía
La cruz ha estado presente en los estandartes reales -las banderas personales de los reyes-, desde entonces. Incluso en la guerra de sucesión (1700-1714) la llevaban los dos bandos, explica a Verne José Cepeda Gómez, catedrático de Historia moderna de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
El aspa era la bandera de los borbones, pero esta familia no era exclusiva de España. Carlos III se encuentra con un problema en el mar: que barcos de Francia o Nápoles llevan el mismo estandarte y es difícil distinguirlos. «Hace entonces un ‘concurso de diseño’ y deciden que a partir de ese momento (1785) la bandera española para la Marina será roja, amarilla y roja, muy visible en el mar», recuerda Cepeda, que añade que será Isabel II quien en 1843 convierta la rojigualda en emblema de España.
La Cruz de Borgoña deja de ser bandera española pero sigue en los escudos reales y de distintos cuerpos militares. Juan Carlos I, mediante un decreto en 1971, la incluyó en su escudo de entonces príncipe como «símbolo del Movimiento Nacional», junto al yugo y las cinco flechas (símbolos heredados de los Reyes Católicos). En 1977, muerto Franco, la cruz sigue en el emblema pero desparece la referencia al Movimiento Nacional.
Felipe VI ha eliminado esos tres símbolos de su escudo, que «tienen sin duda un recuerdo franquista», según Cepeda. La Cruz de San Andrés, en negro sobre fondo blanco o sin fondo, sigue presente en algunos cuerpos militares como el Ejército del Aire, desde que Franco la colocase en los aviones del Ejército franquista durante la Guerra Civil.
Qué la une al PNV
«A lo mejor [Pablo Iglesias] no tiene presente que la Cruz de Borgoña ha desparecido del actual escudo de armas del rey», dice el catedrático de la Complutense, que no duda de la vinculación entre el PNV y ese símbolo, a través del Carlismo.
Se asocia al Partido Nacionalista Vasco con el Carlismo -una corriente política del siglo XIX, que llevó a dos guerras en defensa de la sucesión de otra rama de la familia real- porque Sabino Arana, su fundador, era carlista, según Cepeda. Estos defendían «a Dios, a la patria, al rey y a los fueros, igual que los nacionalistas vascos, que fueron muy de derechas, religiosos y siempre, siempre, federalistas». «Ahora podrán decir lo que quieran, pero Arana era profundamente carlista», insiste el historiador, que señala que estos usaban como emblema, también, la Cruz de Borgoña.
La primera versión de la ikurriña, la bandera vasca, «consistía en una cruz roja de San Andrés sobre fondo blanco, por un lado, ostentando una inscripción en euskera y en español», explicaba el hermano de Sabino, Luis Arana, en un artículo de 1916 del semanario Bizkaitarra.
Pablo Iglesias ha publicado por la tarde, horas después de su discurso, un tuit con varias fotos de la Fundación Sabino Arana que documentan esa relación entre el PNV y la Cruz de Borgoña.
«…dice el catedrático de la Complutense, que no duda de la vinculacón entre el PNV y ese símbolo, a través del calismo». De chiste. La cruz de Borgoña es el emblema del carlismo desde 1935, así que difícilmente pudo influir en el diseño de la ikurriña (1894), en el estandarte de La Gamazada (c.1893) y en la enseña mendigoitzale del aspa ecotada verde (c.1923), que es la que aparece en la foto. Y es penoso que vexilólogos y profesores universitarios sigan popularizando el MITO MODERNO de que la cruz de Borgoña fue la bandera de los carlistas de las guerras de 1833 y 1872, porque no lo fue. Es irrelevante que Arana fuera profundamente carlista -sus primos eran liberales, pero de eso no se habla-, porque en su época (1869-1903, creo recordar) la BANDERA CARLISTA ERA LA ROJIGUALDA. Por otra parte , se suele olvidar cuál era el pabellón del Consulado de Bilbao: una cruz roja de Borgoña en campo blanco, enseña adoptado por el Astillero Euskalduna y por la Naviera Bilbaina, y que sobre el papel fue declarada bandera municipal de Bilbao en 1919 (acuerdo municipal que, obviamente, luego se quedó en nada)
Y vosoros seguid propagando la mentirijilla piadosa de que el aspa negra del Ejército del Aire (1926) es una cruz de Borgoña. De chiste.
Por cierto, en 1785 LA CRUZ DE BORGOÑA NO ERA EL PABELLÓN DE LA ARMADA. Los buques de guerra ondeaban una enseña blanca con las armas reales ampliadas.
El decreto de 1971 no es de Juan Carlos. Es de Franco. Google: «BOE 26/04/1971 estandarte principe de españa».
Estimado/a Hwan:
No sabemos a quién se refiere usted cuando usted dice «Y vosotros seguid propagando…». Si se refiere a la SEV, permítame indicarle que nosotros no nos hacemos responsables de la veracidad de las informaciones que contienen los artículos de prensa que recogemos aquí, así como tampoco nos hacemos responsables de las opiniones de los autores que publican en nuestro boletín. Nuestra misión es facilitar que esos trabajos sean conocidos, y que luego cada lector se forme su propia opinión.
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