¿Por qué dejó de usarse la Cruz de Borgoña como bandera de España?
CÉSAR CERVERA
Durante la segunda jornada del debate de investidura de Mariano Rajoy, Pablo Iglesias ha traído a colación el más emblemático símbolo del Imperio español, la Cruz de Borgoña, al referirse a que «las dos instituciones tradicionales a prueba de crisis son la Monarquía y el PNV, bien unidos por la Cruz de Borgoña». Con esto, el líder populista ha recordado que la bandera marina vizcaína es la Cruz de Borgoña y que se trata de un elemento compartido por el País Vasco y el resto de España desde tiempos imperiales. Si bien por razones distintas entre sí.
¿Qué es la bandera de Borgoña y qué representó para España? Esta enseña había sido usada tradicionalmente por la Casa de Borgoña a modo de distintivo, y con la llegada de Felipe «el Hermoso», casado con Juana «La Loca», desembarcó en España. La bandera emplea como elemento central la llamada Cruz de San Andrés, una cruz en forma de aspa (con dos ángulos agudos y dos ángulos obtusos) que representa el martirio de este apóstol. Según una tradición muy antigua, San Andrés fue crucificado en Patrás, capital de la provincia de Acaya, en Grecia. Lo amarraron a una cruz en forma de X y allí estuvo padeciendo durante tres días, los cuales aprovechó para predicar e instruir en la religión a todos los que se le acercaban.
Con la dinastía de los Austrias, emparentados a su vez con la Casa de Borgoña, se adoptó como elemento común para las banderas españolas de la época y los estandartes militares. En tierra, esta bandera ondeó probablemente por primera vez como insignia española en la batalla de Pavía en 1525 (aunque las aspas rojas eran lisas, sin nudos, y el ejército de Carlos I era más bien hispano-germano), siendo luego la más característica de las utilizadas por los tercios españoles y regimientos de infantería del Imperio español durante los siglos XVI, XVII, XVIII y comienzos del XIX.
La bandera fue establecida como el símbolo vexilológico por excelencia de España hasta el advenimiento de la Casa de Borbón con Felipe V. En la Guerra de Sucesión, el bando perdedor, el austracista, había portado esta enseña, y los Borbones veían imperativo sustituir el anterior diseño por otro: las armas reales sobre paño blanco. Sin embargo, el blanco (propio de la Casa de Borbón), también era el paño utilizado en el siglo XVIII por las distintas ramas de los Borbones que reinaban en Francia, Nápoles, Toscana, Parma o Sicilia, además de España, por lo que Carlos III decidió cambiar el pabellón nacional de España, en su génesis solo para la Armada, para diferenciarse mejor de estas otras naciones.
Identificada como bandera carlista
En la actualidad, la bandera de Borgoña está vinculada casi exclusivamente al movimiento carlista –surgido en el siglo XIX a favor del pretendiente al trono Carlos María Isidro–. No en vano, cabe recordar que durante la primera guerra carlista de 1833-1840, la borgoñona aún seguía siendo la bandera del Ejército, o sea, de las fuerzas regulares de Isabel II (el Ejército no adoptó la rojigualda hasta 1843). Por tanto, aunque muchas unidades carlistas emplearon la bandera borgoñesa durante el conflicto, su vinculación como enseña oficial del bando carlista es muy posterior.
El 24 de abril de 1935, coincidiendo con la reorganización del Requeté, se estableció su vigencia, y durante la Guerra Civil Española, distintos regimientos tradicionalistas y requetés carlistas la usaron dentro del bando nacional. Además, a día de hoy, muchas unidades militares mantienen esta enseña en su escudo.
También la «ikurriña» incluye una Cruz de Borgoña, en concreto verde, basándose en el escudo del Señorío de Vizcaya y en la penetración que tuvo el Carlismo en esta zona de España. La bandera vasca, asimismo, tiene su origen en los círculos nacionalistas de principio del siglo XX. De hecho, fue diseñada por Sabino y Luis Arana con la idea de que representara solo a Vizcaya, e incluso se negaron a que su bandera fuera usada para representar a todos los vascos. Nadie hizo caso a los hermanos que, en 1931, volvieron a levantar una protesta cuando los nacionalistas propusieron formalmente que su «ikurriña» fuera la bandera oficial de todos los vascos.
Fue adoptada finalmente como enseña oficial en 1936, pero fue ilegalizada durante el Franquismo hasta el 19 de enero de 1977 cuando volvió a permitirse su uso en España.
La roja y gualda era la bandera de comunicacion de la flota española como señal de
zafarrancho de combate. Sustituyo como identificacion a la cruz de Borgoña por los diversos incidentes producidos por confusion con la cruz de San Jorge de la flota britanica, que hizo lo propio sustituyendola por la Union Jack