La bandera del Partido Comunista que estuvo 38 años emparedada en Gata
Es como la «rosa de paper» clandestina y del pueblo a la que cantó Vicent Andrés Estellés.
Cuando en 1977 se legalizó el PCE, los militantes de este partido en Gata de Gorgos rescataron una histórica bandera. Lo contó Carles Mulet durante el acto de homenaje a Miguel Soler Torres, «Miguelet de la Rosa». Evocó que a los entonces militantes (también ellos acababan de salir de la clandestinidad) les revelaron que existía una bandera del Partido Comunista de seda y bordada por las mujeres del pueblo durante la Segunda República. Al acabar la Guerra Civil, se escondió en una casita, entres dos tabiques, es decir, emparedada. Y no era leyenda.
Acudieron a esa casa de campo y rompieron con una maza la pared. La bandera se había conservado de maravilla. Y eso que había permanecido oculta en el hueco húmedo de dos paredes durante 38 años. El secreto: quienes la metieron allí colocaron también bolsitas de manzanilla y otras hierbas silvestres.
Mulet recordó que pocos días después pasaba por Gata la Vuelta Ciclista. Colgaron la bandera del balcón de la casa de Miguel Soler. Pararon los guardias civiles y les exigieron que la descolgaran. «Pero la bandera se quedó allí. No la quité», rememoró Soler.
En el homenaje a este histórico luchador por la libertad y la democracia, la bandera se entregó al ayuntamiento. Forma parte de la historia de Gata. La bordaron sus mujeres y es de un rojo encendido. Una «rosa de tela» clandestina y del pueblo que estuvo emparedada 38 años.